-¡Pero vaya que eres lenta tortuga! Cierto día una liebre se burlaba de las cortas patas y lentitud al caminar de una tortuga. Pero ésta, riéndose, le replicó: -Puede que seas veloz como el viento, pero yo te ganaría en una competencia.
El blanco preferido de sus ataques era una lenta tortuga, a la cual no dejaba de decirle cosas hirientes. -¡Pero vaya que eres lenta tortuga! Cierto día una liebre se burlaba de las cortas patas y lentitud al caminar de una tortuga.